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    El silencio de las nubes

    El silencio de las nubes

    Cuenta la leyenda, que cuando la diosa Chía y su pareja Xué descubrieron la corrupción en su pueblo,los Chibchas, inundaron la altiplanicie bogotana. Los árboles murieron, los animales huyeron y los indígenas subieron y se asentaron en las cumbres más altas. Allí, en el páramo, los chibchas descubrieron que todo está hecho de agua.

    Ahora en 2019, quisimos comprobar esta leyenda a través de una aventura sin precedentes: tres días, tres páramos. un fotógrafo y todo un equipo para documentar y traer a la realidad esta expedición. Así fue cómo lo hicimos:

     

    Gabriel Einsenband fue el fotógrafo elegido para liderar una aventura que no le es ajena, pues leva 18años fotografiando los parques nacionales de Colombia. Sin embargo, el páramo tiene sus reglas y es por eso que Gabriel nos contactó para hacer parte de su expedición junto con la Revista Semana.

    Dotamos a todo el equipo de gorros, guantes y chaquetas, teniendo en cuenta las condiciones de clima tan variables que se presentan en nuestros páramos: lluvia, viento, sol y niebla.

     

    La cuna del Funza

    El primer páramo en ser explorado por el equipo fue Guacheneque, desde las cinco de la mañana nos pusimos en marcha para llegar a los 3.250 metros de alturaque alcanza esta maravilla natural. La fauna paramuna no se mostró tímida y nos recibieron familias de curies y dos águilas. Es en este páramo donde un pequeño humedal da origen al río Bogotá.

     

    Entre nubes

    Si existe una prueba de que la leyenda muisca de la inundación pudo ser cierta, es el páramo de Guatanfur. Durante nuestro recorrido no paró de llover, y si durante seis horas, el sol salió una vez, fue demasiado. En esos momentos de frío y lluvias, nuestras chaquetas rompevientos salvaron la jornada. Para Einsendband en especial, el recorrido requirió de un mayor esfuerzo pues ascendió 650 metros con un equipo que pesa más de diez kilos. Sin embargo, según dice, no cambiaría ni un solo kilo por un día en una oficina, para él la aventura lo es todo.

     

    Así fue como pese a no poder lograr la fotografía perfecta a causa de la neblina, caminamos entre nubes esa tarde.

     

    La última parada

    El Tablazo aunque técnicamente no es un páramo sino un cerro dada su altura, sí posee un acantilado increíble que nos regaló una visual de Bogotá rodeada de frailejones y donde solo tuvimos que caminar 100 metros para apreciar la vista de este lugar.

     

     

    Para Gabriel Einsenband los tres escenarios que recorrimos comparten una cualidad excepcional: el páramo es un lugar de silencio único, muy alejado de lo que representa el silencio en las grandes ciudades.

    Por fortuna, Guatanfur y Guacheneque aún se encuentran en buen estado y la lucha por su conservación ha dado frutos, sin embargo, El Tablazo cada vez es más reducido debido a la expansión del área urbana. Por el momento, Gabriel planea regresar, cuando las flores de los frailejones dejen ver sus vistosos colores y pueda así obtener la fotografía perfecta, buscando siempre los tres elementos: composición, paciencia y luz. Nosotros no dudaremos en acompañarlo pues visitar las más increíbles fábricas de agua dulce, sin duda calentó nuestro mundo.

    vistosos colores y pueda así obtener la fotografía perfecta, ,buscando siempre los tres elementos: composición, paciencia y luz., Nosotros no dudaremos en acompañarlo pues visitar las más increíbles fábricas de agua dulce, sin duda calentó nuestro mundo.

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